El debilitamiento de las finanzas públicas, sumado al riesgo de un mayor apoyo extraordinario a las empresas estatales Pemex y CFE, podría conllevar una rebaja de la calificación crediticia en los próximos dos años.
Páramo explicó que la resiliencia debe entenderse en dos dimensiones: por un lado, la estabilidad técnica que permita manejar la intermitencia propia de las energías limpias; y por otro, la cobertura territorial, necesaria para garantizar que la electricidad llegue a nuevas industrias, regiones productivas y comunidades en expansión.